Elegir la comida adecuada para nuestro gato es importante para asegurarle una vida sana y feliz. De hecho, su bienestar se deriva principalmente de una alimentación sana y correcta.
Pero, qué significa exactamente una "dieta saludable" para un felino? ¿Comen los mismos alimentos que nosotros o necesitan alimentos diferentes? ¿Cuál es el requerimiento diario de calorías? Es decir, esencialmente, ¿Cuántas veces al día necesitan comer los gatos?
Y para los cachorros, ¿son válidas las mismas indicaciones? Aquellos que tengan un gato podrán responder estas y muchas otras preguntas. O tal vez no, porque muchas veces, pensando que lo estamos haciendo bien, les damos a nuestros amigos de cuatro patas alimentos inadecuados para sus cuerpos, en dosis grandes o bajas, demasiadas o pocas veces al día.
Aquí te traemos algunos consejos, sin olvidar que siempre la opinión del veterinario es insustituible.
El gato no debe comer como un ser humano
A diferencia del hombre omnívoro, el gato pertenece al orden de los carnívoros. Por lo tanto, necesita comer principalmente carne y solo pequeñas cantidades de granos. Si pensamos en cómo podría alimentarse en la naturaleza, en estado salvaje, se comería las pequeñas presas (ratones, pájaros, reptiles) que es capaz de encontrar por sí solo.
Su sistema digestivo, por tanto, no es apto para digerir grandes cantidades de cereales pero sintetiza glucosa a partir de proteínas; la cantidad en exceso solo conduciría a una sobrecarga de trabajo para el páncreas y los intestinos. Entre los ingredientes indispensables en la dieta de un gato se indican proteínas, grasas, minerales y vitaminas.
¿Cuántas calorías necesita un gato por día?
El requerimiento diario de energía de un gato se calcula fácilmente en función de su peso. Un gato adulto de 4 kilogramos necesita unas 320 kcal por día, en la práctica 80 kcal por kilo.
En cachorros en los primeros meses de vida el porcentaje es mayor (250 kcal en los primeros 70 días de vida; 130 kcal entre los 5 y 7 meses; 100 kcal a los 7 meses), así como durante la gestación o lactancia (durante la lactancia requiere 250 kcal por kilogramo).
Un gato adulto necesita ingerir comida dos veces al día si come comida húmeda; en el caso de los alimentos secos, en cambio, puede ser tres veces al día. El gato, de hecho, no es un gran bebedor y el agua que ingiere procede principalmente de la comida. Incluso el impacto del estilo de vida en la nutrición.
Un gato sedentario que vive en un apartamento necesita menos comida y tiene más riesgo de tener sobrepeso, a diferencia de un gato que tiene la oportunidad de vivir al aire libre o que es particularmente activo.
También los gatos, como nosotros, sufren estrés y fatiga.
Alimentos secos y húmedos
Quienes optan por compartir casa con un gato saben cómo cuidarlos , reservando espacios y cosas para hacer, solo para ellos. Esto también sucede con la comida. Un cuenco de agua siempre fresca y un cuenco con su comida debe estar siempre a su disposición. A menudo, por falta de tiempo, no es posible preparar alimentos frescos, especialmente para el gato. Y por lo tanto, inevitablemente se utilizan alimentos industriales preparados. Incluso en estos casos es importante saber elegir.
Los alimentos secos o húmedos , especialmente las croquetas, si se producen con desechos de alimentos, pueden contener en grandes cantidades aditivos químicos y conservantes que son tóxicos para el estómago de nuestros amigos de cuatro patas. Además de ser productos bastante costosos, si se toman de forma constante y durante años, pueden convertirse en una fuente de intoxicación lenta que daña el sistema inmunológico y los órganos internos.
¿Qué buscar en la etiqueta?
Pero no todos los alimentos industriales son iguales. Al elegir, debe preferir los paquetes de alimentos que describen los ingredientes que contienen en la etiqueta . Los mejores son los que tienen altos porcentajes de carne o pescado, no contiene cereales ni aromas.
Lo ideal es poder leer que los ingredientes son trazables y orgánicos.
Para el resto de ingredientes es preferible elegir productos con arroz o cebada , en lugar de aquellos que contienen cereales, soja y carbohidratos en general. Entre los componentes específicos, es importante que se reporten taurina, arginina, omega 3 o 6, grasas y vitaminas.
Cocina para gatos
Otra opción inteligente es cocinar específicamente para gatos. O mejor, prepare algo de comida solo para ellos.
De esta forma se controla todo, desde la selección de los ingredientes hasta la cocción.De esta manera, es posible elegir ingredientes orgánicos, frutas y verduras de temporada , carne de granja certificada y eliminar un paso de producción industrial.
Hay que tener en cuenta que las altas temperaturas provocan la pérdida de importantes nutrientes, como la taurina, que es un ácido biológico esencial para el organismo; si es escaso en la dieta de un gato, porque no puede producirlo por sí mismo, puede causar ciertos tipos de enfermedades cardíacas y ceguera.
La cocción al vapor de verduras, carnes y pescados puede ser un buen compromiso para limitar la pérdida de nutrientes, además de escaldar la carne durante unos segundos, sin cocinarla por mucho tiempo. Hay quienes sostienen que los alimentos crudos pueden ser riesgosos por la transmisión de infecciones a través de ciertas bacterias, como la salmonela y la listeria, infecciones que también pueden transmitirse a los humanos desde los animales.
La comida debe consumirse a temperatura ambiente o tibia, pero ni demasiado caliente ni demasiado fría.
Los ingredientes que debes evitar al cocinar comida para el gato
Los alimentos indicados en la dieta de un gato son la carne (blanca y roja), pescado , verduras (calabacín, verduras de hoja, espárragos, judías verdes; en cambio, prohíbe las patatas, los tomates y el repollo) y algunos tipos de frutas (sí a las manzanas, evitar uvas, pasas y aguacates).
Sin embargo, hay algunos ingredientes que deben evitarse por completo. Por ejemplo, los azúcares , que son dañinos para los dientes o el chocolate que contiene teobromina, muy tóxico para los gatos pero también para los perros.
Los carbohidratos, el maíz, el trigo y los cereales no son buenos amigos de los gatos: provocan un desequilibrio de la flora bacteriana y dificultades de absorción. Incluso la cebolla es un ingrediente de la lista negra: destruye los glóbulos rojos del gato, así como el ajo en menor medida.
Los huevos crudos, por otro lado, afectan el metabolismo de las grasas y la glucosa, por lo tanto, la energía. La lactosa está muy extendida entre los gatos adultos y puede provocar calambres de estómago, flatulencias y trastornos digestivos en general.
Sin embargo, por lo general, un gato confía mucho en su sentido del olfato: le resulta difícil ingerir alimentos que lo lastimen. En cualquier caso, nuestro ojo especial solo puede hacerle bien.
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